Escribe Sergio Vainman, Presidente
del Consejo Profesional de Televisión de Argentores.
EL GUIÓN O EL DESIERTO.
La semana pasada tomó relevancia una información
llegada desde Estados Unidos: la posibilidad que los guionistas, reunidos
decidieron llevar adelante una huelga. Con el recuerdo fresco de las medidas de
fuerzas efectuadas hace una década con la que las empresas perdieron miles de
millones de dólares, a último momento se llegó a un acuerdo. Este tema movilizó
a Sergio Vainman, guionista argentino de relevancia y Presidente del Consejo
Profesional de Cine de Argentores, a escribir unas líneas al respecto. Aquí las
compartimos.
“Son pocos, es verdad, pero hay días en que –
al menos por un rato y hasta el próximo round – la tortilla se vuelve, el tiro
suena para el lado de la justicia y algunos se ven obligados a masticar lo que
nunca pensaron comer.
Qué placer comprobar que cuando los guionistas
norteamericanos amenazaron con una huelga, todos los empresarios corrieron con
desesperación a tratar de resolver un problema que - ya lo comprobaron años
atrás – prometía extenderse mucho más allá de las pantallas y, presionados por
otras actividades que se verían afectadas por el paro, no tuvieron más remedio
que ceder a los reclamos autorales.
Y, más placer aún, la huelga se convirtió en
un tema importante que trascendió fronteras y oficios y puso nuevamente a los
guionistas y a su tarea en un plano público superior.
Ahora, de pronto, como si los planetas se
alinearan mágicamente para nosotros los autores, el universo entero descubrió
que si no hay guionistas no hay nada, que sin autor no hay obra.
Felicitaciones a todos los descubridores, pero
hay malas noticias: no es un pensamiento original. Hace mucho tiempo que los
autores sabíamos que nada es exactamente la palabra que cabe aquí, porque el
paso de la “nada” al “algo” lo da el escritor, que recibe una pantalla en
blanco y la devuelve hecha guión. Detrás de él, sólo se atisba el desierto, una
suerte de limbo silencioso y caótico donde vagan las ideas no nacidas y las
intenciones sin realizar.
Si no hay nadie que guíe los pasos a través de un texto que indique el camino, de nada valdrán los esfuerzos de productores, actores, escenógrafos o directores por salir del desierto.
Serán panaderos sin harina, carpinteros sin
madera, herreros sin metal: les falta la materia prima para realizar sus
trabajos y concretarlos en obras.
En vano pasarán horas en los decorados y en
los estudios de grabación porque nada tendrán para decir, ni para mostrar, ni
para interpretar; porque ese muchacho tímido, de pelo desordenado, siempre con
un libro bajo el brazo o esa joven de anteojos gruesos de carey que nunca se
animó a actuar pero escribe como los dioses, han decidido bajar los brazos en
señal de protesta y de sus computadoras no parten archivos que construyan el
camino.
Oscuridad, caos y silencio en lugar de
imágenes, orden y palabras.
Las ruedas de la industria detenidas.
Las ruedas de la industria detenidas.
La pérdida.
El show business jaqueado.
El horror.
Recién entonces, en la carencia o en el peligro
de caer en ella, es cuando se aprecia el verdadero tamaño de la tarea. Como
pasa con la salud, que sólo valoramos cuando aparece la enfermedad, o con el
amor perdido. Lloramos sobre la falta de lo que en su momento supusimos normal,
natural, dado, automático, pensando que siempre estaría, que no podía escasear.
Y no es así. Los guiones no crecen como el pasto ni caen del cielo como el
maná. Nada tienen de automático ni de natural, todo lo contrario.
Son el resultado del esfuerzo, la creatividad,
la dedicación y el amor de seres humanos cuya única herramienta es su talento,
su inteligencia, su cultura, su vocación inquebrantable por lo que hacen.
Si para muchos ignorantes el guionista no
importa, no hay por qué cuidarlo; si creen que lo que hace carece de valor y no
es fundamental, no es necesario pagarle por lo que realmente genera; si siempre
hubo guiones y suponen equivocadamente que siempre los habrá, no tienen que
preservar su estabilidad ni cuidar de su futuro.
Son los mismos ignorantes que reverencian hasta la adoración al autor muerto – el mejor de los autores según muchos usuarios de las obras – y desprecian profundamente al autor vivo, lo ningunean, lo maltratan. Total, esa gente rara que reclama derechos y trato digno es simple y sencillamente la que los provee de un guión y nada más.
Son los mismos ignorantes que reverencian hasta la adoración al autor muerto – el mejor de los autores según muchos usuarios de las obras – y desprecian profundamente al autor vivo, lo ningunean, lo maltratan. Total, esa gente rara que reclama derechos y trato digno es simple y sencillamente la que los provee de un guión y nada más.
Y nada menos.
Porque si esa gente se enferma, se va, se
enoja o hace huelga, no tienen nada en las manos, ni saben qué troley hay que
tomar para seguir.”
Sergio Vainman / Consejo Profesional de
Televisión / Argentores.
Recordemos qué ocurrió hace diez años:
Hace una
década, Hollywood vivió uno de sus peores momentos, cuando el
sindicato de guionistas inició una huelga de 100 días que significó
pérdidas millonarias para la industria. Y este 2017, una nueva paralización
estuvo a punto de ocurrir. Cada tres años, el Sindicato de Guionistas y la
Alianza de Productores de Cine y Televisión negocian un nuevo contrato. En el
de 2007, los escritores solicitaban mayor porcentaje por ganancias de ventas
digitales y otros asuntos. Esta vez, las conversaciones comenzaron en
marzo. El sindicato, con más de 13 mil miembros, pedía a la Alianza de
Productores (que incluye a gigantes como CBS, MGM, NBC, Sony Pictures y Warner
Bros.) un aumento en los salarios y otros temas. Según Variety, el
acuerdo entre ambas partes incluye aumento de los salarios mínimos, ampliación
del plan de salud para asegurar la solvencia de los guionistas en los próximos
años y mayor protección para guionistas de TV. “También logramos beneficios sin
precedentes en el tema de temporadas cortas en la TV, ganando una definición de
2,4 semanas de trabajo por cada episodio. Cualquier trabajo más allá de ese
lapso ahora requerirá un pago adicional para cientos de
escritores/productores”, dijo el gremio a Variety.
El sindicato también
añadió: “¿Conseguimos todo lo que queríamos? No. ¿Todo lo que merecemos?
Ciertamente no. Pero debido a que tuvimos el respaldo casi unánime de ustedes y
los colegas escritores, pudimos lograr un acuerdo que redistribuirá a los
miembros de este gremio 130 millones de dólares más durante la vida de este
contrato”. La recordada huelga de 2007 comenzó el 5 de noviembre y finalizó el
12 de febrero de 2008. Las consecuencias económicas, de acuerdo a NPR, llegaron 1.500 millones de dólares,
aunque hay otros especialistas que aumentan la cifra a 2.500
millones de dólares. Dentro de los efectos de la paralización de 2007 estuvo la
reducción de episodios en series como The Big Bang Theory, Breaking
Bad, How I Met Your Mother, The Office y Prison Break y el atraso de
otras, como 24 y Law & Order.
Bucky Butkovic
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10.05.2017
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