miércoles, 18 de noviembre de 2020

SE HA CREADO PIRCA, EL OBSEVATORIO DE LA INDUSTRIA AUDIVISUAL.

 

SE HA CREADO PIRCA, EL OBSEVATORIO DE LA INDUSTRIA AUDIVISUAL.

La Multisectorial Audiovisual por el Trabajo, la Ficción y la Industria Audiovisual Nacional, que entre otras instituciones integra Argentores, lanzará el próximo 12 de diciembre su observatorio de la industria audiovisual argentina, denominado “Propuestas para la Industrialización y Recuperación de la Cultura Audiovisual” (PIRCA). Su presentación se realizará en el auditorio Gregorio de Laferrére de Argentores, con transmisión en vivo por streaming para todo el país.

“Hay que destacar la relevancia que adquiere un organismo como PIRCA a la hora de diseñar y proponer a los Estados políticas públicas ajustadas a un diagnóstico certero y con bases científicas. Y que, por primera vez, se busca integrar el enfoque académico junto al sector industrial del audiovisual para conseguir resultados fundados y prácticos. No se trata de lograr un producto, una serie de informes, un diagnóstico, por mero afán academicista; sino de investigar y concluir a partir de la problemática cotidiana que atraviesa a la industria en su conjunto y que esos instrumentos sirvan para mejorarla”, señaló Sergio Vainman, Vicepresidente de Argentores e integrante de la Multisectorial Audiovisual.

PIRCA es un programa de investigación, observación y desarrollo de propuestas para políticas públicas en la cultura audiovisual, la comunicación y las industrias del conocimiento, que estará integrado por representantes de la entidades que conforman la Multisectorial Audiovisual -entre las que se encuentra Argentores-, universidades nacionales, investigadoras/es académicos, productoras/es de amplia trayectoria en las industrias culturales, investigadoras/es del CONICET y centros de investigación académicos y sociales.

Sus objetivos serán teorizar y proponer sobre la evaluación permanente de las Industrias Culturales y del Conocimiento, sus regulaciones y políticas públicas nacionales e internacionales, con especial incidencia en la producción audiovisual Argentina y Latinoamericana. La intención es realizar un aporte a la construcción e integración de los mercados culturales de la región y el resto del mundo.

El observatorio también elaborará información estadística, analizando los distintos campos de acción: cine, radio, televisión, plataformas VOD y OTT, junto a los nuevos servicios de comunicación y medios audiovisuales. Además, se planea generar publicaciones mensuales digitales de interés para funcionarios públicos y legisladores, empresas del sector audiovisual, productores de radio, tv, cine y publicidad, como así también para el periodismo especializado y político.

SU ORGANIZACIÓN.

PIRCA estará conducido por un Consejo Académico integrado por dos prestigiosos Directores, la Dra. María Carolina Justo Von Lurzer y el Lic. Osvaldo Nemirovsci, junto a ellos cinco consejeros representantes de Universidades Nacionales, cuatro miembros que pertenecen a la Multisectorial Audiovisual y representantes de instituciones con quienes se concretaron convenios marco de colaboración mutua como la Bicameral de Comunicación del Honorable Congreso de la Nación.

El Consejo Académico será el responsable de generar anualmente un organigrama de trabajo para el desarrollo de temáticas en las siguientes áreas o departamentos de investigación:

1. Legislación y Políticas Públicas: Análisis de los programas, regulaciones y normativas vigentes en el territorio nacional y provinciales.

2. Mercado y Modelo productivo: Producir análisis estadísticos y económicos de la actualidad, tendencias en el sector en Argentina y latinoamericana en cine, televisión, audiovisual (VOD), música, radio e internet (OTT), los medios de financiación e inversiones y sus diversas comercializaciones.

3. Condiciones laborales y equidad de género: Analizar las condiciones y relaciones laborales en la industria. Desigualdades de género en la inserción y desarrollo de carrera. Brechas salariales. Integración, equidad y diversidad en los derechos laborales, autores y de interprete.

4. Formación y capacitación: Analizar los perfiles de formación en las carreras de audiovisuales y las vinculadas a la industria (perfiles de los cursantes, las prácticas profesionales, etc.). Relación entre ingresantes, cursantes y egresados. Políticas de acompañamiento a la inserción laboral.

5. Representaciones audiovisuales: Formas de representación y construcción de estereotipos de género, corporalidades, colectivos LGTBIQ+, y de diferentes grupos de interés para el sector (gremios, sindicatos, trabajadorxs, entre otros). Estas investigaciones pueden dar un mapa de cómo está el sector en relación a normativas nacionales y convenciones internacionales.

6. Prácticas culturales de las audiencias: Estudios sobre consumos culturales audiovisuales en relación a plataformas, dispositivos/pantallas, contenidos. Estudios de recepción en relación a determinados contenidos. Recortes por edad para analizar diferentes tipos de consumos. Estos estudios brindarían insumos para pensar las producciones, las formas de llegar a las audiencias y pensar cómo potenciar el sector.

Además, el Consejo Académico de PIRCA delineará un Plan de Trabajo para el 2021 de acuerdo a su presupuesto y disponibilidad de los investigadores académicos.


Bucky Butkovic

4383-6354 / 8520

Jefa de Prensa

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18.11.2020

 

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Justicia para guionistas.

 

Justicia para guionistas. 

El 6 de noviembre de 2020, Infobae publica una nota donde transcribe parte del fallo del juez de instrucción Alberto Baños, en el que compara una novela con un guión.
 
una novela, como narración que es, sólo resultará eficaz si logramos que el lector crea estar presenciando la ficción, y para ello no nos queda más opción que ir mostrándole los personajes, los escenarios y la acción con el nivel de detalle suficiente. En un guión, en cambio, al no ser una narración en sí misma, sino únicamente una guía para que luego un grupo de personas realice una película, no es necesario que se detalle la ficción. Será el equipo de realización de la película quien añada los detalles cuando, a partir de la información contenida en el guión, plasme la narración en imágenes y sonidos: se localizarán o construirán los escenarios, se iluminará cada escena de manera adecuada, los actores y actrices les pondrán cara, cuerpo y voz a los personajes, etc.”.

Sin intención de observar el aspecto jurídico, como  autores/as, como escritores/as audiovisuales, no podemos dejar pasar esto por alto.

Tiene tanto poder la información fidedigna como  la difusión del desconocimiento.

Por eso sentimos la obligación, una vez más, de describir nuestra disciplina artística, nuestra profesión, nuestro trabajo. Hacer docencia sobre lo que implica el hecho creativo de escribir un guión. Ya que desvalorizar suele ser una señal: se descarta lo que se ignora.

Nadie diría que una persona que se dedica a la contabilidad es quien llena planillas de Excel. Tampoco se define a quien compone música como alguien que escribe partituras. Aunque ambas disciplinas requieren que sus trabajos se plasmen en planillas y partituras.

Quienes desarrollamos la escritura audiovisual creamos universos ficcionales. Cada universo (única- versión) da cuenta de historias, hechos trascendentes que les ocurren a personajes, encadenamiento de acciones que suceden en determinados espacios y tiempos.  Y no hay manera de acceder a una historia si no es narrándola.

Se debe dominar la narrativa específica del audiovisual que determina qué revelamos, qué ocultamos y en qué orden.

También la dramática que da cuenta de la conflictiva intensa que re-presenta lo que experienciamos en nuestras vidas y que va estructurando el relato de manera única e irrepetible. Arquetipos, símbolos, metáforas de la conducta humana se despliegan creando estilos y estéticas.

Un universo ficcional lleva las marcas de la experiencia de vida de quien lo crea, como las huellas de las utopías artísticas que persigue.  Es un trabajo donde la subjetividad se abre para ofrecerla a quienes realizarán la obra y a quienes serán sus espectadores.  

Y sí, contamos con un instrumento, un vehículo donde materializar ese universo, que es el guión, que bien puede compararse con una partitura. Escribir un guión compromete otros saberes. Talento al organizar el material para que quien lea pueda ver con su imaginario una película, una serie, un programa televisivo. Como diría Italo Calvino  con ese “cine mental” que la humanidad dispone mucho antes de que se creara el cine. Solo contamos con tres elementos: personaje, espacio y tiempo, porque son los que la cámara puede captar. Y con estos tres elementos, combinados de infinitas maneras, creamos lo que hasta ahora no había existido. Así, con nuestra escritura despertamos el imaginario de quienes realizan, iluminan, diseñan espacios y vestuarios, quienes interpretan personajes, quienes editan, quienes producen para que este conjunto de artistas pueda, con su creatividad, ofrecer una unidad: la película, la serie, el programa de televisión.

La narrativa literaria y la audiovisual se han influido mutuamente. Conviven y se maridan muchas veces, sin anular la identidad específica de cada una de las creaciones que responden a artes con herramientas y procedimientos propios.

El audiovisual no es una creatividad colectiva, es una creatividad asociada donde cada disciplina aporta lo suyo de manera específica y diferenciada. Y lo puede hacer porque hay una historia que contar, un universo ficcional por el que transitar y que, paradójicamente, suele resultarnos tan real como la vida misma. De originar esa primera obra fundante plasmada en un guión, de eso nos ocupamos los/las escritores/as audiovisuales.

Nos pareció muy importante aclarar esto porque no está bien que desde el desconocimiento del oficio de un o una guionista se ningunee su trabajo. Porque para llegar a un dictamen justo, tiene que ser válido el camino que se elige para llegar al mismo. Y ese camino implica conocer plenamente cuál es el trabajo de un guionista y qué resulta de ese trabajo.

Es una lástima que antes de dictaminar, no se hayan molestado en consultar, simplemente, el diccionario de la Real Academia Española. Ahí, en ese lugar de tan fácil acceso, estaba la primera y última respuesta. En efecto, la segunda acepción de la palabra GUION dice: Texto en que se expone, con los detalles necesarios para su realización, el contenido de un filme o de un programa de radio o televisión

Contenido y detalles. Detalles y contenido. Nada más y nada menos que lo que define a un audiovisual.

Junta Directiva de Argentores.

Bucky Butkovic
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lunes, 9 de noviembre de 2020

JAVIER TORRE PUBLICA UNA NOVELA TITULADA “LA GLORIA”.

 

JAVIER TORRE PUBLICA UNA NOVELA TITULADA “LA GLORIA”, QUE PLANIFICA LLEVAR AL CINE EL AÑO PROXIMO, EN LA QUE DESCRIBE UN HECHO EXTRAORDINARIO, LA OBTENCIÓN EN EL FESTIVAL DE CANNES DE LOS MÁXIMOS GALARDONES PARA DOS PELÍCULAS HABLADAS EN ESPAÑOL, VIRIDIANA Y LA MANO EN LA TRAMPA.

Javier Torre, director de películas como Un Amor de Borges, El Almuerzo, Fiebre amarilla, Las tumbas y El juguete rabioso, entre otras, acaba de publicar una novela titulada “LA GLORIA”, que planea llevar al cine el próximo año. 

“LA GLORIA” narra con una minuciosa y aguda reconstrucción de época un hecho extraordinario en la historia de nuestro cine: En 1961, dos películas habladas en español obtuvieron los máximos galardones en el Festival de Cine de Cannes: la Palma de Oro para Viridiana, del genial Luis Buñuel, y el Premio Internacional de la Critica, para  La Mano en la Trampa, de Leopoldo Torre Nilsson. 

La novela describe la extraordinaria experiencia de aquellos días y de aquellos directores emblemáticos, a través de una investigación meticulosa, recuerdos, fragmentos de cartas, fotografías, documentos oficiales, impresiones y búsquedas en el pasado, con un apasionante entrecruzamiento de historias tan mágicas como irrepetibles.

“La Gloria” es también una crónica familiar, un libro de viajes, una o varias historias de amor, un recorrido para cinéfilos y asiduos participantes de los festivales internacionales y el tránsito por un momento cumbre del cine de habla hispana.

Con el escenario de fondo de Cannes y la Costa Azul, “La Gloria” es también un recorrido por el Buenos Aires de los años ‘60 y los inicios de una momento estelar para nuestro cine, asediado poco tiempo después por el surgimiento de una censura que presagiaría los años mas oscuros para nuestro país. 

En efecto, tanto Viridiana como La Mano en la Trampa debieron sortear innumerables dificultades para llegar a esa cumbre del cine mundial, y la novela narra con detalle las persecuciones ideológicas que surcaron la época y el momento. Aun así, alrededor de todo aquello giran en “La GLORIA” un sinfín de personajes fascinantes, en un mundo cuyo resplandor surge en sus páginas con claridad y particular emoción. 

“LA GLORIA”, Editorial Corregidor, año 2020. Pueden verse imágenes, afiches y documentos en Instagram lagloria_javiertorre 

 

Bucky Butkovic

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La Gloria. Beatriz Guido y Torre Nilsson en la terraza de su casa de la Av. Sta. Fe.

La Gloria. Escena final de Viridiana con Paco Rabal y Silvia Pinal.

La Gloria. Buñuel filmando la escena con los mendigos.

La Gloria. Escena de la mano en La trampa, Leonaro Favio y Elsa Daniel.

La Gloria. Afiche de Viridaina.

La Gloria. Afiche de La mano en la trampa.

La Gloria. Luis Buñuel y su hijo Juan Luis.

La Gloria. Afiche Festival de Cannes.

La Gloria. Escena La mano en la trampa, Paco Rabal y Elsa Daniel.

La Gloria. Escena de Viridiana, con Silvia Pinal y Francisco Rabal.

La Gloria. Tapa del libro.



jueves, 5 de noviembre de 2020

NOTA PUBLICADA EN LA WEB DE ARGENTORES AL CUMPLIRSE OCHO AÑOS DE LA MUERTE DE LEONARDO FAVIO.

 

NOTA PUBLICADA EN LA WEB DE ARGENTORES AL CUMPLIRSE OCHO AÑOS DE LA MUERTE DE LEONARDO FAVIO.

 

LA IMAGEN Y LA VOZ

Crónica de un niño que nunca nos dejará solos

 

Por Sebastián Basualdo

Especial para Argentores

 

“Adoro el niño que fui. Lo quiero mucho porque es la etapa que me selló, que me marcó mi estilo de ver la vida y la gente, el amor por las cosas que me dieron tibieza, felicidad. Olores, mariposas nocturnas, sonidos, pájaros, sapos, lagartijas, en fin… Un universo maravilloso y mágico”, dijo en una oportunidad Leonardo Favio refiriéndose a esa etapa de la vida que no es otra cosa que el comienzo de la mitología personal: la infancia. Pero hay unas palabras que cobran su verdadera dimensión si se las piensa teniendo en cuenta toda su vida. “Qué contento que estoy pensando en lo contento que voy a estar el día que esté contento”, solía decirse a sí mismo cuando su madre lo llevaba al cine a ver Rin-Tin-Tin”.

 

Leonardo Favio -cuyo nombre era Fuad Jorge Jury Olivera– nació en Las Catitasdepartamento Santa Rosaprovincia de Mendoza, un 28 de mayo de 1938. No conoció a su padre pero si la leyenda de aquel rufián de origen sirio que falleció demasiado joven. El apellido de su nombre artístico proviene de su madre, Laura Favio, actriz y guionista de radio teatro. Infancia feliz y terrible a un tiempo, de Luján de Cuyo al internado El Alba junto a su hermano mayor Zuhair o la Colonia Agrelo, de Mendoza, entre tantos otros lugares.

 

En la selección arbitraria que hace la memoria debe haber un mecanismo secreto que una vez más se pone en evidencia con Leonardo Favio: uno recuerda todo aquello que es, en esencia. Dicho de otra manera, la capacidad de trocar el dolor o acaso vaciarlo hasta que sólo quede la sensibilidad en estado puro, capaz de ser traducido en arte, vale decir en amor. A esto se le llama venir al mundo con el arte encima. Porque es cierto, hay cierta clase de experiencias tan feroces que lo modifican a uno para siempre y en el caso de Leonardo Favio resulta fácil advertir que hubiera podido, en el instante más decisivo y determinante, crecer un centímetro hacia el lado equivocado: el rencor. Y sin embargo, filmó una de las películas más extraordinarias de la historia del cine: Crónica de un niño solo.

 

“En el póster que acompañó a su estreno, el 5 de mayo de 1965 (en los cines Libertador y Paramount de Buenos Aires, con una taquilla muy modesta) un niño sostiene entre los dedos un cigarrillo encendido. Ojos entrecerrados, cabeza rapada al ras, con un hilo de humo que se escapa por la comisura de los labios mientras ensaya la mueca de una sonrisa adulta”, escribe Paulo Pécora, “Esa imagen es la síntesis, la expresión mínima y acabada, de su primera película. Pero también es el primer gesto de un registro personal –un estilo– que siguió desarrollándose con los años. Gran parte de la película se filmó en un edificio donde actualmente funciona la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, sobre la avenida Independencia, en el barrio porteño de Balvanera”, señala Pécora. “Largos pasillos y enormes salones, en sus escaleras y sus habitaciones vacías, Favio recreó el ambiente frío y deshumanizado de un reformatorio. Allí sembró el germen de un estilo rústico y a la vez refinado que desarrollaría luego en Éste es el romance de Aniceto y la Francisca… El dependiente. El origen humilde de sus personajes y el ascetismo de los espacios que ellos transitan se expresan mediante una puesta en escena muy compleja, donde sofisticados despliegues de fotografía, cámara y encuadre están matizados por un alto grado de lirismo, emoción y espontaneidad”. Y más adelante agrega: “Más allá de los puntos de encuentro con Un condenado a muerte se escapa de Robert Bresson y Los 400 golpes de François Truffaut que tratan sobre el encierro y la necesidad imperiosa de libertad, en un caso, y sobre la niñez humillada en el otro, el tono de la ópera prima de Favio es decididamente personal”.

 

Si bien el arte está constituido por herencias, préstamos y diálogos subrepticios, es cierto también que ningún artista quiere deberle nada a sus contemporáneos. Quizá por eso Leonardo Favio se desprendió rápidamente de cualquier movimiento artístico que pudiera etiquetarlo, como en el caso de la Nouvelle Vague. “Nunca voy a narrar algo que no conozco. Mis personajes brotan de la realidad. En mis películas no hay un solo personaje que no esté dentro de mi corazón, que no reaccione como yo hubiese reaccionado”, dijo Favio en una oportunidad.

 

Para Martín Wain su cine fue de entrada diferente del que realizaban los principales directores de aquellos años, que conformaban la denominada Generación de los 60 o la Nouvelle Vague argentina, a quienes Favio llamaba los amigos de Truffaut. “No tengo nada que ver con ellos, ni en lo intelectual ni en lo sentimental ni en lo económico. Yo tenía otro concepto, creí siempre en el cine industrial, el de Hugo del Carril y Lucas Demare. Yo entendía el cine nacional con acercamiento a lo popular”.

 

Más allá de estilos o concepciones artísticas, lo cierto es que también hay hermanos espirituales. La crítica especializada ha encontrado muchos puntos de contacto entre Crónica de un niño solo y Los cuatrocientos golpes; naturalmente que Favio no es Truffuaut, Buenos Aires no es Paris y, sobre todo, ni en Francia ni en otro lugar del mundo existió algo parecido al peronismo. Pero hay una anécdota que cuenta Leonardo Favio que ilustra mucho mejor la idea anterior. Fue en 2006, durante la proyección de su primer cortometraje Los amigos. “El corto nació como una hipoteca que yo tenía con quien era mi compañera de entonces, María Vaner. Todas las mañanas le decía que me iba a estudiar cine con Torres Nilsson, cuando en realidad me quedaba en el bar de la esquina, tomaba un café con leche y me ponía a leer el diario. Le decía eso para que no se me piantara, porque tenía miedo de que se fuera con un intelectual o algún tipo de cine. Iba al bar y a las dos horas volvía. Había arreglado con Babsy (Torre Nilson) que si ella le preguntaba, diría que yo estudiaba con él. Pero llegó el momento en que no podía seguir mintiéndole, porque me preguntaba: “¿Cuándo empezás a filmar?”. Así que, como pude, en forma apresurada, rapidito, filmé El amigo. La fortuna hizo que a partir de él me agarrara el amor por esta profesión. Una vez que te pasa eso perdiste, porque quedás pegado al cine para toda la vida. Fue muy difícil porque en esos tiempos no existían las posibilidades que ahora brinda el video, que es un tesoro que tienen las nuevas generaciones. Nosotros no contábamos con esa suerte. Las opciones eran filmar en 16 ó 35 milímetros. Entonces cargábamos con montones de equipos y cosas pesadísimas, y se hacía muy difícil. Entre gallos y medianoches me vi filmando este corto, donde colaboraron, entre otros, mi amigo Oscar Orlegui como protagonista, que era un niño, mi hermano menor Horacio, y muchos amigos de la juventud. Eso es algo muy lindo que tiene este corto, porque fue filmado en el parque de diversiones donde todos eran amigos míos desde mucho tiempo antes. Yo crecí ahí, en el Parque Japonés, que estaba donde ahora se encuentra el Hotel Sheraton. Era un lugar inmenso, no sé cuántas manzanas abarcaba, era un sitio mágico. El corto lo hice con un par de latas de material fílmico que me prestó Torre Nilsson. En realidad me lo prestó de manera forzada, porque me levanté una mañana muy temprano, fui a los laboratorios Agfa y dije que me mandaba él a buscar dos latas de material de 16 mm. Me las dieron y me fui. Una semana después me encontré con Babsy en los estudios Alex y me dijo: “Me parece bien que filmes tu corto, pero la próxima vez que necesites algo, pedímelo directamente”.

 

Tutor o guía, padre artístico, Favio decía que filmaba para deslumbrar a Torre Nilsson. “Él era el referente de todo lo que hacía”. De autor de culto a convertirse en un referente del cine internacional –varias de sus películas figuran entre las mejores del mundo–, Leonardo Favio logró con sus canciones su cometido de convertirse en un artista popular. “Yo le canto a la vida cotidiana y sencilla. A la simple manera de pensar y de sentir. Por eso estoy seguro de que cuando yo me vaya, cuando llegue esa hora de empacar y partir en alguna recova, un par de vagos reos, una triste sonrisa dibujarán por mí. Y tal vez, digo… tal vez, en la humilde mesa de algún obrero, mandarán a la cama, los niños a dormir. Y en esa sobremesa surgirá mi recuerdo. Con una canción de Favio fue que te conocí”.

 

Bucky Butkovic

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05.11.2020

 

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