Mentiras y canalladas.
RESPUESTA DE ARGENTORES A LAS DECLARACIONES REALIZADAS A LA PRENSA POR LOS PRODUCTORES SEBASTIÁN ORTEGA Y MARCOS SANTANA.
Responsabilizar a los
trabajadores y a sus organizaciones sindicales de ser los culpables de la
crisis que atraviesa nuestra industria audiovisual es, además de una mentira,
una canallada.
Que faltan reglas claras y
actitud firme de los gobiernos para que el Estado actúe como regulador de un
mercado pequeño y deprimido, de acuerdo.
Que se necesita un programa de
incentivos y fomento para el sector privado – actor fundamental de la necesaria
reconstrucción – para sacar a la industria del pozo en el que está desde hace
años, no hay ninguna duda.
Que solamente a través de
instrumentos legales democráticos, consensuados y de cumplimiento efectivo se logran políticas de Estado
duraderas y eficientes, es totalmente
exacto.
Pero de ahí a buscar
culpables entre las filas de los trabajadores, hay un trecho que solamente
pueden transitar aquellos que no están comprometidos con la realidad y el
progreso de este país y de su gente y por eso mismo son capaces de hacer
declaraciones que avergonzarían - si pudieran levantarse de su tumba muchos de
ellos- a los productores que hicieron grande el audiovisual en la Argentina.
Intentar cortar el hilo por
su parte más delgada, tirando sin piedad del eslabón más débil de la cadena de
valor y desentendiéndose de las responsabilidades que le caben como empresarios
en todo esto, sin duda constituye una agachada más. Sorprende la ligereza y la
impunidad con que se dicen algunas cosas.
En sus declaraciones a la
prensa, el productor Sebastián Ortega despliega, junto a Marcos Santana -
empresario de medios nacido en Venezuela y residente en Miami –una serie de
argumentaciones inexactas, malintencionadas y agraviantes que tienen como único
objetivo predisponer engañosamente a la opinión pública, preparando el terreno
para imponer a rajatabla una “flexibilización”, que en idioma de la calle
significa para todos los trabajadores la pérdida de derechos adquiridos con
lucha y esfuerzo.
No es ese el camino, Señor
Ortega. No es este el país, señor Santana.
Se han equivocado en el
diagnóstico y, por ende, en el tratamiento.
De esta crisis se sale en
conjunto y con acuerdos, o no se sale. Pero para eso hay que poner por delante
la verdad, porque es imposible un consenso basado en el engaño y el sectarismo.
No estamos en contra de los
negocios, ni mucho menos de los productores y de la actividad privada como
motor esencial de la industria. Estamos en contra de aquellos que solamente piensan en aumentar
sus márgenes de rentabilidad a costa de la dignidad del trabajador, viendo al
país con la voracidad colonial que intenta cambiar oro por espejitos de
colores.
Esos tiempos -
afortunadamente- ya pasaron, señores-
No es el despojo el método,
sino el acuerdo para tener trabajo legal, registrado, regulado y remunerado con
justicia.
No necesitamos que, desde
una mirada imperial y soberbia, intenten marcarnos la cancha. Para eso tenemos
un frase para recordar, señor Santana, la de Obdulio Varela, el inolvidable
uruguayo capitán del seleccionado celeste en el Maracanazo de 1950: “¡Los de
afuera, son de palo!”.
Para que no se le olvide
quiénes somos.
ARGENTORES
17 de marzo de
2021
Bucky Butkovic
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/ 8520
Jefa
de Prensa
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17.03.2021
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